Un alto en el camino...

martes, agosto 15, 2006

China, aquel país tan bello y lejano


China es un país que posee las más preciosas riquezas de la humanidad, entre las que cuentan una historia milenaria, múltiples culturas y una gran extensión que producen esa singular policromía en las costumbres y hábitos del pueblo chino. Todas estas maravillas las puede apreciar el viajero que se acerque hasta la llamada 'Tierra de Dragones'. China es el país más poblado del mundo, con unos 1.200 millones de habitantes. Es un país multinacional que cuenta con 56 etnias que comprenden las nacionalidades han, manchú, mongola, hui, tibetana, vigur, zhuang y otras cincuenta nacionalidades más diseminadas por todo el territorio chino. El 94% de la población pertenece a la nacionalidad han, que se concentra principalmente en el Este. Las cincuenta y cinco minorías nacionales son: mongol, hui, tibetana, vigur, miao, yi, zhuang, buyi, coreana, manchu, dong, yao, bai, tujia, hani, kazako, dai, li, lisu, va, she, gaoshan, lahu, sui, chang, fu, dongxiang, naxi, jingpo, kirguiz, tu, daur, mulam, qiang, blang, salar, aonan, gelao, xibe, achang, primi, tajik, hu, uzbeka, rusa, ewenki, deang, bonan, yugur, gin, tartara, derung, oroqen, hezhn y momba. China alberga casi el 20% de la población mundial, en cambio sólo ocupa el 7% de la superficie agrícola del planeta. La población se agolpa principalmente en la zona oriental.


Los grandes núcleos se concentran en las llanuras de la costa Este y en los valles de las regiones situadas al este de la línea formada por las montañas Kinghan y Taihang. La provincia más poblada es Sichuan, con más de 100 millones de habitantes, en una superficie equivalente a la de España.



La densidad media de China es, en el este, de 300 habitantes por kilómetro cuadrado y en el oeste de sólo 40. Numerosos son los atractivos que harán que se mantenga el recuerdo inolvidable de un viaje a China dentro del corazón: hermosos ríos y montañas, reliquias culturales y diferentes costumbres que como viajeros podreis descubrir en este país. Os fascinarán las bellezas naturales, las siete antiguas capitales: Anyang, Xi´an, Luoyang, Kaifeng, Nanjing, Beijing y Hangzhou, donde se conservan numerosas reliquias culturales y artísticas, sin olvidar la Gran Muralla, única obra antigua que, según los cosmonautas, se puede apreciar desde la luna. El Palacio Imperial, considerado como la 'octava maravilla', o el enigmático Gran Canal. Un viaje por la región fronteriza del suroeste de China puede proporcionar una de las visiones más maravillosas del mundo: el Everest y el Salto del Tigre, el valle más profundo de la Tierra. Entre los muchos atractivos culturales cuenta con el famoso espectáculo de la 'opera', una mezcla de música y canto de la que existen muchas variedades. Un país lleno de arte en el que podemos encontrar las más delicadas sedas y artesanías de todo tipo, resultado de una larga historia. Objetos de cerámica, bordados, lacas, esculturas en marfil o jade tallado, aparecerán ante sus ojos como surgidos de un cuento en los entretenidos y coloridos mercados. Pero si lo que se deseais es disfrutar de la gastronomía, China cuenta con una gran variedad de especialidades que forman parte de su milenaria cultura. El turismo para la República Popular China, pueblo de carácter marcadamente laborioso, es un nuevo descubrimiento que tiene el propósito de potenciar el amistoso contacto entre el pueblo chino y otras comunidades. En definitiva, como viajeros, tendreis la excelente oportunidad de disfrutar de los bellos parajes naturales, que se extienden desde el mar hasta las altas montañas, paisajes de hielo y nieve frente a cálidos lugares y famosos sitios de interés turístico, tanto para el amante del mundo antiguo como para el que gusta de la vida moderna.


En China tendreis la oportunidad de apreciar el arte de la caligrafía y la pintura, presenciar representaciones artísticas, saborear exquisitos manjares, adquirir preciosas artesanías y conocer las costumbres del pueblo chino. Gracias a su gran diversidad, China puede satisfacer las demandas de los más exigentes viajeros. A todos cuantos llegan a esta maravillosa tierra de dragones, China ofrece la posibilidad de disfrutar con sus propios ojos de los restos de una cultura antiquísima, acercarse a la aldea de Banpo, en Xi´an y examinar los restos de una aldea tribal de hace 6.000 años; ver la "octava maravilla del mundo", los Guerreros de Terracota de Qin Shi Huang, o el majestuoso conjunto de las 13 tumbas de la dinastía Ming y su "Palacio Subterráneo". Motivo de goce estético puede ser el pasear por los jardines y construcciones antiguas de estilo propio, como el Palacio Imperial y el de Verano de Beijing; que con sus lagos artificiales constituyen muestras de la belleza creada por el hombre. China ofrece diferentes viajes para contemplar sus bellos paisajes naturales: montañas majestuosas y ríos espectaculares como son las Cinco Montañas Sagradas o las Tres Gargantas de Changjiang. Para los de espíritu más excelso y amantes de la naturaleza y del espiritualismo, se han abierto programas turísticos en el Tíbet. Hay un "viaje a pie" que parte de Tingri, a 4.270 metros de altitud y llega al monasterio Rongbu a 5.200 metros de altura, tras cinco días de viaje. Durante el recorrido se puede contemplar el pico Jolmo Lungma o Everest. Otras montañas de peregrinación son: la montaña Wutai, que se encuentra a 230 kilómetros de Taiyuan, capital de Shanxi. La forman cinco cumbres. El recorrido se acompaña de actividades budistas como la "ceremonia del Agua y de la Tierra", en la que se puede disfrutar con los monjes de la comida vegetariana y escuchar la música de los templos para fortalecer el espíritu; la montaña Emei sobresale en el borde suroeste de la cuenca de Sichuan. Posee numerosos templos y actividades budistas. Para ascender a su cima principal, Jinding con sus 3.077 metros de altura, hay que recorrer más de 50 kilómetros. En el distrito de Leshan, se encuentra la mayor figura pétrea de Buda, una figura de 71 metros cuya cabeza llega a la cima y los pies al agua; se trata de la montaña Jinhua. El día treinta del séptimo mes los monjes, monjas y peregrinos se reúnen para quemar incienso. El pueblo celebra juegos y se representan óperas durante varios días.



El pueblo chino es laborioso e inteligente, gente hospitalaria y cortés que brinda toda su cultura a los visitantes que acuden al país, pero esta cortesía nada tiene que ver con la occidental, ya que es siempre muy ritual. Los chinos tienen costumbres muy peculiares: al saludarse no está bien visto besarse ni abrazarse, pues no expresan sus sentimientos en público. (ojo con querer dar dos besos a las mujeres en caso de que te las presenten, puede resultarles bastante ofensivo)En cuanto al folklore, en el norte de China el canto y la danza es un arte tradicional de la comunidad étnica coreana, hasta tal punto que lo practican jóvenes, niños y ancianos. Otra de las aficiones es la actividad deportiva; en Año Nuevo y otras fiestas se celebran competiciones de columpio, trampolín y lucha. En la Pradera de Erdos, situada en la zona oeste de la Región Autónoma de Mongolia Interior, los pastores mongoles, gente franca y hospitalaria, ofrecen a los visitantes, entonando una canción folklórica, una cinta de seda blanca y un tazón de licor. En el centro de China el viajero tiene la posibilidad de vivir como los campesinos locales de la aldea de Shijiazhuang. Existen también en Beijing residencias tradicionales donde se puede charlar libremente con los habitantes y aprender sus costumbres. No ha de sorprender el encontrar al amanecer a los habitantes de las distintas ciudades de China reunirse al aire libre para realizar los ejercicios físicos del tai-qi (tai-chi)



Un país que os recomiendo visiteis si os es posible, que aprendais algunas frases en chino (mandarín) que os pueden ser de mucha utilidad, que seáis pacientes con la curiosidad de sus gentes, que respeteis sus costumbres y que os dejéis llevar por la magia del entorno.

Siempre recordaré China, aquel país tan bello y lejano...

lunes, agosto 07, 2006

Un Gaijin Español "de tapas" por Japón




Esta es mi experiencia culinaria como gaijin (persona no japonesa) en el país del sol naciente, recopilada en apenas 2 meses de estancia en Japón.


La comida típica consiste en un cuenco de arroz (gohan), una sopa de soja (miso shiru) y una rica variedad de verduras, acompañadas de pequeñas porciones de carne. Sin embargo, la gastronomía no se reduce a ellas y la variedad de platos puede ser interminable. Acceder a ellas dependerá mucho de la capacidad de vuestro bolsillo y de la buena disposición para encontrarse y disfrutar de nuevos sabores.

En cuanto al idioma y el hecho de que la carta se anuncie en japonés y, en algunos casos en inglés, no os preocupéis ya que muchos restaurantes tienen en sus mostradores réplicas de cera de cada plato, por lo que sólo será necesario indicar con el dedo lo que se desea. Si sucede lo contrario nada mejor que optar por el Teishoku o plato del día, que consiste en arroz, sopa, hortalizas, carne, pescado, ensalada y postre, a un precio muy accesible. Y aunque pueda parecer increíble, los precios en Japón, en cuanto a comidas se refiere, no son muy elevados.

Los japoneses comen con palillos (hashi) y os animo a que los uses. Estoy convencido de que en pocos días los manejaréis con habilidad. Al inicio de las comidas los japoneses dicen "itadakimasu" y al terminar, "gochiso sama deshita", que no es otra cosa que mostrar gratitud por la comida.
Para desayunar os recomiendo las cafeterías o Kissaten donde se puede comer una tostada, huevos y café. Por otro lado, los restaurantes de los principales hoteles suelen servir desayunos a la manera occidental.



Os aconsejo que comenceis por un buen plato de fideos que se comen de forma muy rápida y sorbiéndolos. Los Soba, tallarines de harina de trigo integral, se pueden comer fríos o calientes, mientras que los Somen, más finos, se comen fríos y mojados en salsa. Parecido al soba es el Udon, aunque los fideos de este último son más gruesos y de color blanco. Después hay que continuar con un Tempura, uno de los platos más populares, que consiste en trozos de verdura, pescado, gambas o calamares, rebozados en harina y fritos en aceite. Se suelen aderezar con salsa de soja (shoyu) y jengibre rallado.

El Nabemono es un plato de invierno, es un estofado que se cocina en la propia mesa en un recipiente de barro caliente. El Unagi (anguila) es un plato muy popular cocinado sobre carbón. Las anguilas se reogan con salsa de soja.
Si os gusta la carne escoger un Sukiyaki. Se trata de un perol en el que se cocinan tiras de carne, verduras, aros de cebolla, cuajada de soja y Shirataki, fideos gelatinosos, hervidos en un caldo hecho con sake y preparado en la misma mesa. Los comensales van sacando de la olla lo que les apetece. Otra posibilidad, ineludible, es acercarse a un Robatayaki, restaurantes que preparan pescados y mariscos acompañados de toda clase de hortalizas, sobre una parrilla llamada robata. Antiguamente la parrilla constituía el corazón del hogar siendo, por tanto, una de las maneras más tradicionales de preparar la comida.



Continuando con los pescados, no podéis dejar de probar el celebre Sashimi, trozos de pescado o marisco crudo servido con rábano picante, salsa de wasabi y soja. El Sushi es muy similar, con la diferencia de que se sirve con bolitas de arroz avinagrado. Para los que os guste el pollo, nada mejor que un Yakitori, trozos de pollo marinado en salsa de soja dulce y asado al carbón en una brocheta. Generalmente los lugares que lo sirven se identifican con un farolito rojo en la entrada. En éstos también se puede pedir Tsukune, brochetas de albóndigas o bien Sasami, pechugas de pollo.

Para los paladares más exigentes nada mejor que el Kaiseki, uno de los platos más elitistas del Japón. Y es que todos los ingredientes se preparan de forma muy cuidadosa y por separado para conservar su sabor. Una comida kaiseki se compone de numerosos platos como caldos, guisos, asados, fritos y al vapor, acompañados de arroz, verduras y fruta.

El Ramen tiene su origen en la gastronomía china pero los japoneses lo preparan con su estilo propio. Los platos Ramen se sirven en un tazón que llenan de fideos con pollo, en los restaurantes más baratos, si lleva carne o verduras además el precio es algo mayor.

Si aún teneis hambre (y dinero) probar el Fugu (pescado orbe), uno de los platos más exóticos del país. Se puede comer crudo al estilo sashimi o estofado, al estilo fugu chiri. El plato es exótico por que los cocineros que lo preparan deben contar con un permiso del gobierno ya que si, en su preparación no son quitados debidamente los intestinos y los ovarios, puede ser mortal.
Y si el bolsillo se resiente aún, nada mejor que acudir a un Okonomiyaki donde encontraréis una especie de pizza a la japonesa a la que se le añade carne o pescado, acompañada de vegetales. Son sitios muy accesibles.

Por norma general los japoneses concluyen su comida con una taza de o-cha, ó té verde que se sirve caliente y sin añadir nada. En cuanto a la cerveza, se encuentran diversas marcas como Suntory, Sapporo o Kirin (o algo asi)

Entre las bebidas más fuertes destaca el sake, la bebida tradicional preparada con arroz fermentado y que contiene cerca de un 17% de alcohol y muy recientemente el shochu, bebida que contiene prácticamente sólo alcohol y agua. En cuanto al café, se prepara al estilo americano. Durante el verano los japoneses consumen una bebida llamada mugicha, agua fría preparada con cebada. El alcohol es consumido habitualmente en Japón. Para muchos jóvenes es parte de su pasatiempo, así que muchas ciudades tienen que enfrentarse a este problema. La mayor parte del vino y sobre todo el whisky se importa de otros países.



Pero lo que aún no les ha llegado a los nipones es el calimocho o el tinto de verano, esas dos bebidas tan castizas que tenemos los españoles y que de seguro, los japoneses aceptarían con los brazos abiertos, o era la boca?